Buena tarde la que se quedaba el pasado domingo 20 de febrero para jugar al fútbol. Partido trampa para los nuestros, primero contra último, jugadores confiados pensando que los partidos ya están ganados antes de empezar envuelto todo en una falsa tensión competitiva… 
Pita el árbitro y las sospechas se convierten en realidad aunque nos pasamos prácticamente toda la primera parte en campo rival, la precipitación, el individualismo y las ganas de marcar el tercer gol antes que el primero hace que  nos choquemos una y otra vez contra la defensa rival y contra el portero.


Por fin en una jugada aislada el balón le llega a Chullen de espaldas a portería, controla se gira y golpea lo suficientemente fuerte para que el portero no pueda hacer nada. Con el resultado de 1-0 llegamos al descanso con muy malas sensaciones debido a que el equipo ha cogido los vicios del rival. Comienza la segunda parte y parece que el Sporting empieza a tener el control del partido a bajar el balón al suelo y a jugar un poquito más combinado aunque en una de estas, una jugada aislada de  Lacoma, propicia el empate. 


Aún viendo peligrar el resultado los nervios no hacen mella en nosotros y poquito a poco volvemos a tumbar el campo hacia el área rival y llegamos con mucho peligro continuamente hasta que en una jugada bien trenzada Vini se planta solo delante del portero, lo regatea y marca a placer el 2-1.


Poco después en otra jugada parecida, derriban a Vini dentro del área cometiendo un penalti que el propio Vini golpea aunque lo ataja el portero.
Diez minutos más tarde, jugada colectiva del equipo: desmarque en ruptura de Vini, pase en profundidad a la carrera, regatea al lateral, se mete dentro del área y cuando todo el mundo piensa que va a golpear a puerta, centra al segundo palo raso dónde llega Garbi y a puerta vacía marca el tercero, el de la tranquilidad.
En el campo tres puntos que nos permiten seguir soñando con el ascenso, seguimos en la lucha.
¡Somos Sporting!