Tarde de frío en Hortaleza, tarde de calor en el pecho de cualquier jugador del Prebenjamín.
La semana había transcurrido a pedir de boca, los chicos entrenaron con todas las ganas e ilusión que se les puede pedir a estas edades.
Llegó el partido, jornada crucial para conseguir nuestro gran objetivo, la liga. En el vestuario todo como siempre la ropa colocada, botellas de agua y algo de música para relajar a los chicos. Una pequeña charla de entrenador, siete inicial, olvidaros del partido que jugamos y salir a disfrutar, que entonces la victoria llegará sola. Comenzó el partido de la mejor forma posible, presionando arriba en cada saque y de esa presión llegó el primer gol, los chicos y los entrenadores contentos a rabiar, Lucas y los jugadores del campo celebrando a más no poder.
Los nervios también querían jugar esa tarde y comenzaron con su labor, nos salimos un poco del partido y en una pérdida de balón nuestra en medio campo llegó su primer gol. Manuel, nuestro capitán, como de costumbre cogió la pelota de la portería y la llevó al medio campo al grito de “¡vamos!”. Siguió el partido sin jugadas mucho más transcendentes y el árbitro pitó el descanso.
Tras haber bebido agua y haber hablado de algunas cosas de cara a la segunda parte, el partido continuó. Dominio del Sporting, atacando y con oportunidades, pero la pelota no terminaba de entrar, comenzamos a jugar más atrás en nuestro campo, y con ello empezó la presión del rival y sus ocasiones. Fueron unos minutos en los que nos dominaron y tras un córner rechazado y una jugada empezada en medio campo llegó su segundo gol, se apagó el campo, pero sacaron fuerzas para luchar el resto del partido, dejándose todo sobre el césped. Muchos robos en medio campo e inicios de jugada que no terminaban en ocasiones claras, pero sin parar de intentarlo, nos faltó disparar, nos faltó un gol.
Terminó el partido y el 2-1 en el marcador solo reflejaba tristeza en la cara de los jugadores del Sporting. Todos en el centro del campo, saludando al rival, piña y grito: ¡¡Sporting, bien bien, bien!!.
Primera derrota, pero seguimos siendo un equipo, seguimos juntos, piensa su entrenador. Saludamos a los papás, nos vamos al vestuario, nos cambiamos sin muchas ganas, con algo de rabia, una gran oportunidad para dar un golpe a la liga se había escapado, pero no se había escapado la última oportunidad de ganar la liga. Siempre juntos, somos un equipo y hoy este equipo se dejó el alma en el campo.
