Hacía un tiempo increíble para jugar en el segundo partido de esta extraña temporada.
A los nervios del partido se unía la tensión por el homenaje a Antonio,  el padre de nuestro jugador Pablo Hernández y después de la emoción del mismo, el equipo solo tenía una idea en la cabeza, ganar.
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Pero las emociones pudieron con nosotros y pronto se vio que no sería nuestro día con un balón a la espalda y gol en contra. Eso no nos hizo desistir pero el segundo y el tercero de la misma factura terminó por dejarnos ya muy tocados, al final con uno menos cayeron dos más dejado el marcador final en 0-5.
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El equipo tiene que hacer borrón y cuenta nueva después de este partido. A seguir trabajando.
¡Vamos Sporting!